El mundo del vino chileno no solo se sostiene en grandes viñas y etiquetas reconocidas. Detrás de cada botella hay personas que viajan, estudian, mezclan, prueban, se obsesionan y crean. Y un reciente reportaje de La Segunda (publicado el 20 de noviembre) reunió a varios de esos nombres clave: los enólogos que hoy marcan el pulso de la industria.
La infografía muestra a enólogos jefes, directores técnicos y figuras históricas de casas como Viña Concha y Toro, Santa Rita, Errázuriz, Montes, Casa Silva, Almaviva, Viu Manent, VIK, Undurraga, Ventisquero y más. Muchos de ellos son los responsables de algunos de los vinos más premiados y buscados de Chile.

¿Qué revela este mapa?
🔸 Que el enólogo chileno se ha vuelto un creador global.
Muchos viajan todos los años a vendimias en Francia, Estados Unidos o España para perfeccionar técnicas, mezclar estilos y traer nuevas ideas a Chile.
🔸 Que el trabajo en bodega es cada vez más técnico, pero también más sensorial.
Según contó Enrique Tirado (Viña Don Melchor), el proceso de definir una mezcla implica semanas aislado del mundo, con 180 lotes sobre la mesa y probando ajustes milimétricos.
🔸 Que Chile tiene enólogos-estrella.
Desde los clásicos como Marcelo Papa (Concha y Toro) hasta los nuevos referentes como Sebastián Ruiz (Tarapacá) o Viviana Navarrete (Leyda), todos aportan una mirada distinta sobre territorio, estilo y proyección internacional.
El valor de la “firma enológica”
Aunque Chile destaca por su diversidad de terroirs, la identidad del vino también pasa por quién lo diseña. Cada enólogo trabaja con su sello:
- Algunos prefieren vinos tensos y ácidos.
- Otros buscan más madera y estructura.
- Algunos apuestan por la elegancia y la precisión bordelesa.
- Otros por la fruta y la expresión pura del valle.
Y ahí está lo fascinante: el vino chileno no es uno solo, sino una multitud de miradas que convergen en la copa.
Un reconocimiento al trabajo tras bambalinas
Gracias al reportaje de La Segunda, por fin se puede ver en un solo mapa a las personas que han convertido a Chile en un país productor serio, consistente y respetado mundialmente.
Cada enólogo del gráfico representa una historia distinta, pero todos tienen algo en común:
su obsesión por crear el mejor vino posible.



