Cada septiembre Chile revive sus tradiciones más profundas: empanadas, cueca, ramadas y bebidas que llevan siglos estando junto al pueblo. Dos de ellas son el pipeño y la chicha, bebidas de fuerte arraigo popular que tienen una relación íntima con el vino chileno, aunque con historia, preparación y usos distintos.
He aquí quiénes son, por qué regresan cada 18, y cómo conviven con el vino embotellado.
Qué es el pipeño
El pipeño es un vino tradicional chileno, producido originalmente en el campo y en viñedos campesinos, usando variedades criollas como Uva País y Moscatel de Alejandría. Esta bebida se caracteriza por su frescura, su carácter popular y por el uso histórico de recipientes llamados “pipas” de madera. Así lo describe el estudio publicado en SciELO Chile.
Según Identidad y Futuro, el pipeño comenzó a producirse hacia el siglo XVIII como respuesta a la preferencia por vinos “afrancesados” y ha permanecido vivo gracias al consumo popular.
Qué es la chicha
La chicha, por su parte, es una bebida con orígenes aún más antiguos y vinculada a la vendimia colonial. Se produce con jugo de uva fermentado parcialmente, y fue muy común en el siglo XVIII y XIX como bebida festiva del campo y las poblaciones rurales. Esta historia ha sido estudiada en detalle por SciELO Chile.
Terremoto, pipeño y chicha: cómo se relacionan
El Terremoto es un trago que utiliza pipeño blanco como base, combinándolo con helado de piña y granadina. Esta mezcla ha sido analizada en investigaciones sobre patrimonio popular, que consideran al Terremoto como una bebida que trasciende lo meramente alcohólico para convertirse en símbolo identitario, tal como plantea un artículo en Redalyc.
Por qué vuelven cada septiembre
Hay razones culturales, históricas y emocionales que explican por qué pipeño y chicha resurgen cada año:
- Forman parte de las celebraciones de vendimia y cosecha, que históricamente ocurrían en primavera, pero que hoy se trasladan al 18 como forma de identidad nacional, de acuerdo con un análisis disponible en ResearchGate.
- Son bebidas “de casa”, accesibles, con sabores asociados al recuerdo familiar, al campo y a tradiciones populares.
- En los últimos años, ha habido un resurgimiento de valorización del pipeño, tanto por enólogos como por consumidores que buscan autenticidad, como explica Identidad y Futuro.
Cada septiembre no solo celebramos historia con cueca y empanadas, también celebramos las bebidas que nos cuentan quiénes somos. Pipeño y chicha vuelven porque nos recuerdan raíces. El vino embotellado, porque lleva ese legado al mundo. En este 18, no hay que elegir entre ellos. Hay que saborearlos, entenderlos y brindar con orgullo.



