Durante este año, Chile ha sido protagonista constante en los medios internacionales especializados en vino. Desde premiaciones históricas hasta reportajes sobre sus viñas más extremas, la industria vitivinícola chilena está viviendo uno de sus momentos más intensos en términos de visibilidad global.
Una cosecha de elogios
El crítico británico Tim Atkin destacó a Chile como “uno de los países con mayor diversidad y consistencia en el Nuevo Mundo”. En su Chile Report 2025, otorgó 97 puntos al Don Melchor 2022, ubicándolo entre los vinos más sobresalientes del continente.
Por su parte, Wine Spectator incluyó a Casa Real 2021 de Viña Santa Rita entre sus Top 100 Wines of the Year, subrayando el nivel de elegancia alcanzado por los Cabernet Sauvignon del Alto Maipo.
En tanto, el medio brasileño Adega realizó una cobertura especial sobre la irrupción de zonas como Itata, Huasco y Traiguén, bajo el título “Chile desafiando el mapa del vino tradicional”, destacando el trabajo de pequeñas bodegas que apuestan por variedades patrimoniales.
Más allá de los puntajes
El interés no solo se ha concentrado en los rankings. También hay un giro narrativo: los medios están contando la historia detrás de las etiquetas. La francesa La Revue du Vin de France analizó recientemente cómo productores como Pedro Parra y Montsecano están revolucionando el Pinot Noir chileno con una visión más europea y de terroir puro.
A esto se suma la fascinación por proyectos extremos. El sommelier español Ferran Centelles, en su columna para El País Semanal, dedicó un reportaje completo a los vinos del desierto de Atacama, afirmando que “Chile está produciendo en lugares donde el vino parece imposible”.
¿Qué viene ahora?
El fenómeno no parece detenerse. Las ferias europeas han comenzado a ampliar sus espacios dedicados a América Latina, y Chile es la estrella recurrente de paneles y catas internacionales. La presencia chilena en ProWein Düsseldorf 2025 y en Vinexpo Paris fue una de las más comentadas por importadores y prensa especializada.
