Desde una empanada de pino hasta un ceviche costero, el vino chileno tiene una pareja perfecta para cada plato típico. Aquí te presentamos una guía práctica y sabrosa para disfrutar los maridajes más representativos de nuestra gastronomía nacional.
Ceviche, pescado frito y mariscos: frescura que pide acidez
Los sabores salinos y cítricos de un buen ceviche o un congrio frito encuentran su mejor aliado en vinos blancos con buena acidez. El Sauvignon Blanc, especialmente del Valle de Casablanca o Leyda, es ideal por su perfil cítrico, notas herbales y frescura mineral.
Para platos grasos del mar como el caldillo de mariscos, un Chardonnay de cuerpo medio aporta volumen sin opacar el sabor.
Como explican en Vinos González Bastías, estos blancos son predilectos para acompañar pescados y mariscos chilenos.
Espumantes y rosé: aliados de texturas delicadas
Los mariscos más finos, como ostras o erizos, maridan increíblemente con un espumante brut. Las burbujas limpian el paladar y realzan la salinidad del bocado. Un buen rosé es también una apuesta creativa para pulpo a la parrilla, combinando acidez y fruta.
Clásicos chilenos con personalidad: carne, choclo y legumbres
- La empanada de pino se disfruta mejor con un Carmenère, gracias a sus taninos suaves, notas especiadas y fruta madura, que equilibran el dulzor de las pasas y el picor del ají de cacho de cabra.
- El pastel de choclo, con su mezcla de dulce y carne, se luce con un Merlot de cuerpo medio, que suaviza sin competir.
- Para porotos con riendas, un Merlot especiado también es ideal, capaz de acompañar sabores intensos con suavidad tánica.
En Marqués de Casa Concha destacan estos maridajes clásicos para la cocina típica, especialmente el rol del Carmenère y del Chardonnay en la mesa nacional.
Cazuela y caldillo: tradición y equilibrio
Dos platos fundamentales de nuestra cocina casera:
- La cazuela de vacuno, con caldo denso, carne blanda y verduras dulces, encuentra un compañero ideal en un Cabernet Sauvignon frutoso y joven, o un Merlot sin mucha barrica.
- El caldillo de congrio, inmortalizado por Neruda, se lleva bien con un Chardonnay con crianza, que le da peso y textura sin robar protagonismo.
Como explica Trattoria.cl, estas combinaciones respetan tanto el origen del plato como las características de los vinos nacionales.
¿Y el postre? Terremoto: un cóctel con ADN chileno
El Terremoto, mezcla de vino pipeño, helado de piña y granadina, no requiere maridaje. Es un maridaje en sí mismo: festivo, rebelde, autóctono.
Su base, el vino pipeño, es una de las expresiones más tradicionales de la vitivinicultura campesina chilena, tal como lo define Wikipedia.
| Plato típico | Vino recomendado |
|---|---|
| Ceviche / pescados frescos | Sauvignon Blanc |
| Congrio frito / Caldillo | Chardonnay |
| Erizos / ostras | Espumante brut |
| Pulpo a la parrilla | Rosé |
| Chupe de locos | Chardonnay |
| Empanada de pino | Carmenère |
| Cazuela de vacuno | Merlot / Cabernet joven |
| Pastel de choclo | Merlot |
| Porotos con riendas | Merlot especiado |
| Terremoto | Pipeño con helado y granadina |



