Chile no solo produce grandes Cabernet, Carmenère o Chardonnay. En sus valles, aún perviven cepas históricas que durante décadas fueron dejadas de lado. Hoy, esas cepas patrimoniales vuelven a brillar: recuperarlas significa rescatar identidad, biodiversidad y propuestas auténticas en el mercado global del vino.
¿Qué son las cepas patrimoniales en Chile?
Las cepas patrimoniales son variedades antiguas que perduraron en predios campesinos o en viñedos familiares durante generaciones. En 2018, se presentó el proyecto Vinos Patrimoniales de Chile, impulsado por la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile junto a la FIA, que elaboró los primeros vinos oficiales a partir de País y Cinsault en zonas del Maule y Biobío. Así lo señala FIA en su comunicado.
Estas cepas, como País, Cinsault y Carignan, son apreciadas por su adaptación al clima seco, su carácter distintivo y su vínculo con la historia rural.
Iniciativas que lideran el rescate
- La agrupación VIGNO (Viñadores por el Carignan) nació en 2011 con el objetivo de recuperar viñas antiguas de Carignan en el secano interior del Maule. Según reporta MundoAgro, hoy reúne cerca de 14 bodegas comprometidas con esta misión.
- Viña Morandé participa activamente en ese esfuerzo, declarando públicamente su labor por “resguardar el patrimonio del Carignan” en viñedos antiguos.
- La viña Carmen, asociada a VIGNO, recientemente lanzó Carmen VIGNO 2023, un vino 100 % Carignan proveniente de cepas centenarias. Esto fue destacado por Mostos y Destilados como ejemplo de valorización del patrimonio vitivinícola.
- Viña Mancura, con su línea Guardián, apuesta por cepas patrimoniales como País, Cinsault y Carignan para transmitir identidad rural.
La voz del viñedo: ejemplos vivos
La viña Gillmore, en el Maule, representa un caso que combina tradición y renovación. En su catálogo figura Vigno Carignan, elaborado con cepas centenarias en secano, alineándose con los principios del rescate patrimonial.
Bodegas emergentes en Itata también se suman al movimiento, presentando lotes de Cinsault chileno viejo, vinificados con mínima intervención.
¿Por qué este rescate cobra relevancia?
- Autenticidad y diferenciación En un mercado saturado, los vinos elaborados con cepas patrimoniales se distinguen por su singularidad.
- Sostenibilidad y adaptación natural Muchas de estas cepas ya soportan condiciones climáticas extremas y requieren menos intervenciones.
- Conservación cultural Son parte del legado agrícola chileno, responsables de mantener memoria vitivinícola.
- Reconocimiento internacional creciente Algunas etiquetas patrimoniales han ganado medallas y espacio en medios especializados globales.
Desafíos persistentes
- Producción limitada y escala reducida: muchas viñas con cepas antiguas son de pequeño tamaño.
- Manejo técnico delicado: estas cepas pueden tener menos rendimiento y requerir mucha atención.
- Necesidad de educar al consumidor: hay que enseñar el valor del vino patrimonial.
- Inversión inicial alta: el rescate implica rehabilitación de viñedos y marketing especializado.



