Este 3 de noviembre se celebra el Día Mundial del Sándwich, y qué mejor excusa para combinar dos placeres nacionales: un buen sándwich chileno, de esos que todos amamos, y una copa de vino que eleve la experiencia.
Un clásico con identidad nacional
En Chile, los sándwiches no son solo un bocado rápido: forman parte de la conversación, del momento familiar o del almuerzo en la fuente de soda. Según Chile Travel, “Chile es el paraíso del sándwich”.
Entre los más emblemáticos destaca el Chacarero: rodajas de carne, tomate, ají verde y porotos verdes en pan marraqueta.
Y también el Barros Luco, que lleva carne a la plancha y queso derretido, creado en torno al expresidente Ramón Barros Luco.
¿Y con qué vino acompañar?
No se trata solo de tirar un tinto al lado del sanguchito. Aquí tienes tres maridajes chilenos perfectos para este día:
- Chacarero + Sauvignon Blanc o Carmenere joven: lo vegetal del ají y poroto verde necesita frescura.
- Barros Luco + Cabernet Sauvignon o mezcla ícono chilena: carne y queso piden algo estructurado e intenso.
- Lomito italiano (pan con lomo, tomate y palta) + Rosé chileno o espumante brut rosado: textura suave y pan con palta exigen elegancia ligera.
Un momento para disfrutar, no para educar
Hoy no vamos a hablar de terroir, barricas ni técnicas de vinificación.
Hoy la idea es simple: descorchar y disfrutar. Un buen sándwich + una copa de vino = actitud relajada, sabrosa y con estilo.
Así que, ponte cómodo, agarra tu sanguchito favorito, levanta la copa y brinda por los pequeños grandes placeres. Porque sí: el vino también va con sanguches.



