En el extremo sur del país, en la comuna de La Unión (Región de Los Ríos), se levanta Viña Trapi, un proyecto vitivinícola poco conocido en el circuito masivo, pero que ha ido ganando atención gracias a su apuesta por vinos de clima frío y una identidad marcada por el territorio.
La viña surgió hace más de una década cuando el empresario Luis Moller adquirió el Fundo Santa Elisa y comenzó a impulsar un proyecto enfocado en productos “del sur y para el sur”. El agrónomo Rodrigo Romero explica que el objetivo ha sido elaborar vinos que representen las condiciones australes del territorio, caracterizadas por temperaturas frías y suelos de origen volcánico.
La línea principal del proyecto es Trapi del Bueno, una marca que incluye principalmente Pinot Noir, una variedad que se adapta particularmente bien a zonas de clima frío. La producción es pequeña, artesanal y orientada a consumidores que buscan vinos distintos a los del circuito tradicional central.
Por su parte, la página oficial de la viña, trapi.cl, destaca que el proyecto también busca relevar la identidad austral a través del enoturismo, las experiencias gastronómicas locales y un trabajo cercano con el territorio. Allí se muestran sus instalaciones, la filosofía del proyecto y la historia del campo donde hoy se emplaza la viña.
La marca también mantiene actividad en redes sociales bajo @trapidelbueno, donde comparten vendimias, procesos y el día a día del trabajo sureño, reforzando un relato centrado en el origen y la autenticidad.
Aunque Viña Trapi no figura en grandes rankings internacionales, su valor está precisamente en su propuesta alternativa: una vitivinicultura más austral, con identidad y una mirada de origen que amplía el mapa del vino chileno mucho más allá de los valles tradicionales.



